EDITORIAL
Los partidos políticos hoy se esmeran en que en sus filas exista orden y buscan a toda costa
mantener en “cintura” a quienes tratan de “brincarse las trancas” como sucedió en Tulancingo
con el Diputado Federal Verde, quien abusando de su cargo invitó a los que él pensó que tenían
aspiración a un cargo de elección popular y los convocó a firmar un acuerdo de civilidad, ésta
actitud fue reprobada por el dirigente del PRI en Hidalgo y remarcó en tono firme, “el partido
es el único rector del proceso de oscultación, nadie más”, con lo que debe quedar muy claro que
todavía vivimos en un régimen de instituciones y no de “liderazgos mesiánicos”; lo que significa
que todo aquel que tenga aspiraciones deberá conocer las reglas del juego, empezando con el
conocimiento del que salga privilegiado con la designación desde Gobernador hasta Regidor,
se la deberá a su partido, a nadie más; todos tienen derecho a participar en un proceso electoral,
solo que no todos van a tener la oportunidad de ser candidatos y ahí es donde meten su “aguijón
venenoso” aquellos que creen que pueden ser más grandes que un partido político, al menos en
Hidalgo aun el “dedazo” funciona, y funciona muy bien por ahora y quizá por mucho tiempo,
hasta que se decidan los hidalguenses a cambiar de partido en el poder y la verdad está muy
lejos de que esto suceda, porque para que pase se requiere de un liderazgo real, de un líder que
inspire confianza y que este del otro lado del partido oficial, y por ahora no lo veo, ¿usted