EDITORIAL
13 DE MARZO DEL 2014
Hidalgo vive momentos de mucha intensidad política, los grupos políticos se acomodan, los profesionales de la política se juntan, hablan, platican y se ponen de acuerdo, no todos, pero buscan coincidencias que les den permanencia dentro de la esfera del poder; la conciliación es el arte de la convivencia y aunque muchos de ellos no embonen ya en el esquema que se avecina, tampoco quieren muchos de estos aparecer en las listas de los enemigos de los próximos hombres en el poder, en fin, la política es el arte de hacer posible lo imposible, aunque algunos ya no tengan cabida en lo que se avecina, las fichas se empezaran a acomodar de manera paulatina en la entidad, que para bien de todos debe prevalecer la unidad, porque si esto no se logra ¿Se imagina usted el polvorín en que se convertiría Hidalgo? Y eso no debe suceder; por lo pronto algunos gobiernos municipales ya empiezan a preparar su salida y a reacomodar sus cuadros, los que han funcionado se quedan, los otros se van o deben irse, porque al final el único culpable de los daños provocados a la sociedad, será el presidente municipal y solo él pagará los platos rotos y respecto a la rendición de cuentas que por mucho que la hayas cuidado, siempre surgen pendientes que se salen de control; en fin, México y la entidad hidalguense se preparan para ser testigos de la sucesión más dolorosa de los últimos tiempos, ojalá que los que tengan el poder de decidir, lo hagan pensando en el futuro de la sociedad, porque hasta el día de hoy muchos de los que anhelan la silla de plaza Juárez, no han hecho nada por la entidad, tan solo se placean sin ofrecer un proyecto o liderazgo definido y real, tal parece que los mueve más la ambición de poder que el bienestar de la ciudadanía…